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Cómo la vecina salvó la vida a mi bisabuela Josefa

Como se ha podido ver, a lo largo del texto se ha mostrado una hebra de paz que tuvo lugar en la vida de mi abuela Ángeles cuando ella era solo una niña. Una vecina de ideas contrarias a la de la familia de mi abuela, dejó la política de lado cuando vio que se llevaban a mi bisabuela soldados de su propio partido para torturarla y hacerla pasar por “El paseíllo”. Finalmente consiguió salvarla y mi abuela siempre recordará este acto tan bondadoso de alguien que no tenía por qué haber salvado a mi bisabuela.

Paula Guzmán Iglesias

Curso 1ºC de Bachillerato en 2016-2017

IES Manuel de Falla, Coslada (Madrid)


Paula entrevista a su abuela Ángeles Alfeo, nacida en Madrid el 16 de noviembre de 1930

Todo comenzó un dieciséis de noviembre de 1930 en el edificio de maternidad de la calle O´Donnell (Madrid), donde nació una niña con unos llamativos ojos verdes. A una pequeña distancia de ahí transcurría una revuelta en la puerta de Alcalá; una de las muchas que habían ocurrido ese año en la misma ciudad. Por esa razón, en el edificio de maternidad, había carteles que pedían respeto para las mujeres que iban a dar a luz.

Pasaron los años y poco a poco la situación en España empeoraba. Ángeles vivía con su familia en el barrio de la Guindalera, un barrio obrero situado al este de Madrid. Su familia era fiel a la religión católica, y en el fondo siempre tuvieron miedo de que fueran castigados por lo que creían, ya que cuando Ángeles tenía solo cinco años fue testigo de ver cómo la iglesia donde iba a rezar con su familia ardía hasta los cimientos.

[…]

Mientras tanto,  los padres de Ángeles, Josefa y Dionisio, tenían que ganarse la vida de alguna manera para mantener a sus seis hijos, pero inevitablemente era imposible mantenerlos a todos en buenas condiciones y por eso su sexta hija, llamada Pilar, murió de niña.

Josefa colocó a Dionisio como Picapedrero, un trabajo que consistía en proporcionar el material necesario para construir carreteras y las infraestructuras de la capital, y en ese trabajo se mantuvo hasta que le llamaron a filas junto a su hijo Cástor. A este último le mandaron luchar en la quinta del biberón (se llamaba así porque eran soldados que tenían menos de veinte años).

[…]

En uno de los años de la guerra, Ángeles fue testigo de un suceso que nunca olvidará.

Su hermano mayor, Cástor, había comenzado a trabajar en el periódico ABC (un periódico clasificado en la época de ideología derechista) y eso y que la familia Bonache fuera católica provocó que la asociaran con la derecha. Un día, algunos soldados comunistas llegaron a casa de nuestra protagonista y se llevaron a su madre en un camión para hacerla presa y pasar por “el paseíllo”. Cuando uno de sus hermanos dio la voz de alarma a sus vecinos de que se habían llevado a su madre, Severina, una de las vecinas del edificio (que era comunista y tenía cierto poder) no dudó en salir corriendo y alcanzar el camión para luego pararlo y conseguir que bajaran a Josefa. Fue un acto humanitario en mitad de un gran conflicto bélico, que enfrentaba a familias, vecinos y conocidos. Y por todo ello, esta hebra de paz tiene tanto valor.

[…]

Pero el fin de la guerra trajo a esta familia una alegría, Dionisio y Cástor volvían a casa. Esta alegría duró poco porque en cuanto llegaron, encarcelaron a Cástor, torturándole por haber apoyado a la República, como el resto de su familia. Estuvo tres años en la cárcel y cuando salió relató las torturas por las que le habían hecho pasar, la más dolorosa que narró a su familia fue que le ponían un anillo eléctrico en el dedo, y que le daban calambrazos hasta que se le quemara la piel.   

Árbol genealógico de la familia de la autora: Paula Guzmán Iglesias

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