Soldados de Salamina / Cercas, Trueba
Los fusilamientos del monasterio de Santa María del Collell, Banyoles
En la mañana del 30 de enero de 1939, cuatro días después de que las tropas rebeldes entraran en Barcelona, los republicanos sacan de la prisión del santuario de Collell a 50 personas, presos muy significativos: falangistas, banqueros, sacerdotes, abogados e intelectuales, gente que probablemente ocuparía cargos de relevancia si eran liberados por las tropas de Franco, y se dirigen con ellos hacia un pequeño claro en los bosques cercanos. Van a proceder al masivo fusilamiento. Entre ellos está el cuarto carné de la Falange española, Rafael Sánchez Mazas, ideólogo del fascismo y amigo de José Antonio, escritor, letrista de la oración de los caídos, después consejero nacional de FET y de las JONS y ministro sin cartera del primer Gobierno de la Dictadura; será padre de Miguel, Rafael, Gabriela [1], Máximo [2] y Chicho (José Antonio Julio Onésimo) Sánchez Ferlosio.
Parapetado tras los cuerpos que están a su espalda, Sánchez Mazas cae al suelo empujado por ellos, pero pronto se nota indemne, las balas apenas le han rozado, no presenta heridas. Repta por el suelo embarrado, internándose en la espesura del bosque. Oye cómo los soldados están rematando y organizando la búsqueda de los fugados, pues detrás de él también ha escapado con vida Jesús Pascual Aguilar. Consigue llegar hasta unas masías donde le ocultan unos pocos días; más no serán necesarios, ya la tarde del miércoles 8 de febrero está en Barcelona.
Este es el trasfondo histórico de la novela Soldados de Salamina de Javier Cercas, aunque hay alguno que pone en duda que Sánchez Mazas estuviese entre los fusilados, como el escritor y periodista Gregorio Morán, que en 1982, en su libro Los españoles que dejaron de serlo, advertía que el fusilamiento de Sánchez Mazas no fue sino una leyenda “fabricada gracias a su imaginación y a la ayuda de algunos amigos tan imaginativos y cínicos como él”, entre ellos, y de forma destacada, Eugenio Montes.[3]
Así mismo en el artículo dedicado a él de la Wikipedia se lee: «Si bien es oportuno decir que fuentes no literarias, incluso libros de la derecha española como el Diccionario de la Falange,[4] no hablan de tal fusilamiento, sino de un rescate.»[5] Sin embargo el otro superviviente, el quintacolumnista Jesús Pascual, en su libro Yo fui asesinado por los rojos, publicado en Barcelona en 1981, sí cuenta detalladamente cómo se salvaron ambos del fusilamiento.
La noticia y los primeros relatos que se nos ofrecen de Sánchez Mazas a su llegada a Barcelona son tempranos, del jueves 9 de febrero de 1939. Se publicaron en La Vanguardia española [6] -escrito por su íntimo amigo Eugenio Montes-, Imperio de Zamora [7] y el ABC de Sevilla [8]. En ninguno se dice nada de que un joven miliciano le localizase en su escondite, le mirase a los ojos y gritase a los que le seguían «por aquí no hay nadie». Tampoco se habla de esta historia en el número 435 de Labor, del 13 de febrero [9] ni nada de ello comenta Jesús Pascual en su libro citado arriba, quien se limita a contar que le vio resbalar y caer y le animó a levantarse y a seguir corriendo. Dice que no se detuvo ni volvió la cabeza en un buen trecho y pronto advirtió que se habían separado. No lo volvió a ver hasta algunos meses más tarde: para entonces Sánchez Mazas era ya ministro de Franco.[10]
Muy interesante es la grabación (de fecha desconocida [11]) que podemos ver en el capítulo 26 de la serie de TVE «España en Guerra, la caída de Cataluña» (minuto 39), donde el propio Sánchez Mazas, todavía con la pelliza y sin gafas, cargado de oratoria y mañas literarias, narra los acontecimientos (Transcripción abajo).[12] Como en los casos referidos arriba, escuchamos en este documental el relato de la intervención de los «amigos del bosque» pero nada dice del miliciano que luego contó que le salvara la vida. Mª José Soriano Trachiner concluye su estudio sobre la construcción del mito de Sánchez Mazas diciendo que «Ninguna de las fuentes estudiadas parece mostrar la presencia de ningún miliciano que salvara la vida de Rafael Sánchez Mazas. Resulta evidente, en caso de ser cierto, el interés que se había mostrado por esconder cualquier atisbo de humanidad en el enemigo, razón más que suficiente para que se obviara ese detalle, atribuyéndole a Sánchez Mazas toda la heroicidad de su huida. Sería realmente interesante, en una investigación más profunda, rastrear el origen de la presencia del miliciano en la narración a través del tiempo. Ver cuándo se introduce y conocer las razones se revelaría como una herramienta imprescindible para entender la configuración del mito tal y como ha llegado a manos de Javier Cercas.» [13]
Javier Cercas justifica que no se mencione al miliciano en estos primeros testimonios explicando que «basta recordar que por entonces las doctrina de la España de Franco, como todas las doctrinas de todas las guerras, dictaba que ningún enemigo había salvado nunca una vida: estaban demasiado ocupados quitándolas.» [14]
Soldados de Salamina – La película
La dirigió David Trueba, estrenándose en marzo de 2003. Está basada en la novela homónima de Javier Cercas.
En la película se sustituye al narrador, el propio Cercas, por una mujer, Lola Cercas, que interpretará Ariadna Gil. El argumento se centra en la investigación que pretende confirmar que a Sánchez Mazas (interpretado por Ramon Fontseré) le salvó la vida un soldado republicano (en la película es Alberto Ferreiro) y la búsqueda de éste que le conduce a un antiguo combatiente llamado Miralles (Joan Dalmau), al que localiza en una residencia de ancianos en Francia. Finalmente consigue entrevistarse con él, en la idea de que es el héroe que anda buscando, pero éste se niega a reconocerlo.
El fragmento de dos minutos que vemos es el punto central de la obra, la anécdota sobre la que gira toda la investigación. Rodada como documental en blanco y negro, se inicia con la ejecución masiva de presos por soldados del bando republicano, seguramente obedeciendo órdenes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), pues las tropas de Franco estaban ya muy cerca. Están bajo una intensa lluvia. Caen los cuerpos y la cámara, primero subjetiva, sigue la huida de Sánchez Mazas hasta dar con un lugar donde ocultarse entre las ramas. Un joven miliciano, supuestamente Miralles, le encuentra, carga el arma, dirige hacia él el cañón del fusil, le mira a los ojos; la mirada se cruza, tras los empañados y gruesos cristales de su gafas, con la del fugado; oye que le preguntan, contesta «por aquí no hay nadie», eleva un poco la cabeza, rebaja la tensión de los hombros, baja lentamente el arma, esboza una ligera sonrisa y sale del cuadro de pantalla. En la película se insiste en que el joven miliciano tenía una «mirada alegre».
El cruce de miradas por encima del cañón del arma, el reconocimiento del otro como persona, el resorte de compasión y empatía, la humanidad del gesto y de la sonrisa del miliciano; todo eso es la Hebra de Paz, la que permite salvar la vida de un hombre al que has visto acorralado, asustado, indefenso. Es la pequeña acción (la hebra) que destaca y toma forma en el horror de fondo, el de las ejecuciones masivas, anónimas, indiferentes. Es la restitución del tejido roto (la paz) mediante la mirada, la sonrisa y el perdón, que hace bajar el arma que le encañonaba, callar la amenaza del mortífero fusil y de la destrucción de la guerra. Con el generoso gesto del miliciano gana la voluntad de la vida a la negación de la muerte.
Por último, comentar que en la película de Trueba se insertan partes de documental; así se entrevista a Chicho Sánchez Ferlosio, hijo de Sánchez Mazas (Chicho murió pocos días después) y a los «amigos del bosque», Jaume Figueras (hijo de Pere Figueras), Joaquim Figueras y Daniel Angelats. Tanto Chicho Sánchez Ferlosio como Daniel Angelats cuentan a la cámara la Hebra de Paz del miliciano. También decir que hay (como en el libro) una reflexión sobre qué es ser héroe que termina con esta intervención del anciano Miralles: «Tú lo que andas buscando es un héroe y ese héroe soy yo ¿no? Los héroes no sobreviven.» Además, en las escenas complementarias de la edición en DVD se añade la entrevista a María Ferré y más detalle de esos momentos en que los amigos del bosque le prestaron ayuda.
Soldados de Salamina – La novela
Escrita por Javier Cercas, fue publicada en marzo de 2001. Está narrada en primera persona en la voz de un periodista que entrevista en 1994 a Rafael Sánchez Ferlosio y éste le cuenta la anécdota de cómo salvó la vida su padre gracias a la clemencia de un joven soldado republicano. De las tres partes, la segunda está dedicada por entero a la vida de Sánchez Mazas.
En la contraportada del libro (edición del Círculo de Lectores, 2001) se lee:
«El bosque no puede ocultarle. Un soldado republicano encañona con el fusil y con la mirada a Sánchez Mazas, el principal ideólogo de la Falange, pero inexplicablemente decide dejarlo vivir. Javier Cercas intenta reconstruir las circunstancias que envuelven este raro episodio de la guerra civil. Literatura y periodismo se funden y se confunden en el mismo acto ineludible, poner sobre el papel los hechos necesarios para enraizar en nosotros la memoria que no debe morir».
En las primeras páginas del libro, Rafael Sánchez Ferlosio le cuenta esta historia de su padre al narrador. «Mi padre conservaba en casa la zamarra y el pantalón con que lo fusilaron, me lo enseñó muchas veces, a lo mejor todavía andan por ahí; el pantalón estaba agujereado, porque las balas sólo lo rozaron y él aprovechó la confusión del momento para correr a esconderse en el bosque. Desde allí, refugiado en un agujero, oía los ladridos de los perros y los disparos y las voces de los milicianos, que lo buscaban sabiendo que no podían perder mucho tiempo buscándolo porque los franquistas les pisaban los talones. En algún momento mi padre oyó un ruido de ramas a su espalda, se dio la vuelta y vio a un miliciano que le miraba. Entonces se oyó un grito: «¿Está por ahí?». Mi padre contaba que el miliciano se quedó mirándole unos segundos y que luego, sin dejar de mirarle, gritó: «¡Por aquí no hay nadie!», dio media vuelta y se fue».
Esta historia era bien conocida por quienes se habían acercado a la vida y obra de Sánchez Mazas, quién al parecer no perdía ocasión de contarla. Así Andrés Trapiello ya la había recogido en su obra Las armas y las letras.
Muchas de las claves de esta novela y de la película se hallan en el libro Diálogos de Salamina: un paseo por el cine y la literatura, publicado en 2003, que recoge, ordenadas y editadas por Luis Alegre, las conversaciones que Cercas y Trueba mantuvieron sobre la novela y su adaptación cinematográfica.
«‘Me gustaría que se leyera como una novela de aventuras, de la mayor aventura del siglo, que es la guerra civil’. Porque, afirmó, Soldados de Salamina (Tusquets) no tiene nada de ‘relato real’, como insiste el Cercas narrador. Tampoco es nuevo periodismo, como le dijeron algunos amigos. ‘Es una novela, rara, pero una novela’.
‘Yo buscaba la verdad literaria, no la del periodismo. La literaria es una verdad moral, universal, que manipula la realidad’, sentenció. ‘El libro es la historia de una mirada. Me obsesionó tanto que no pude no escribirlo’.» El País [15]
[1] En una entrevista concedida al ABC dice que Soldados de Salamina le pareció una novela mediocre y que se salvaron del fusilamiento su padre y otro hombre llamado Cabral gracias a que siguió el consejo de su padre (sic). ABC, Sevilla. Año CIII, número 33.187, domingo 22 de octubre de 2006, pagina 26;
[2] Al parecer Máximo murió pronto (http://elblogdesecundinoprieto/), pero su nacimiento fue aprovechado por su padre para escapar de la prisión en Madrid, pues Victoria Kent le concedió, bajo palabra de honor de regresar a la cárcel, un permiso de tres días por el nacimiento y Rafael, que tanto había hablado del honor y la caballerosidad del falangista, no tuvo reparos en incumplir su palabra.
[3] Ver El aragonés que resucitó. Historia de Jesús Pascual Aguilar: El otro superviviente del fusilamiento de Collell, por José Luis Melero; http://www.joseluismelero.net/jesus_pascual.htm
También el diario El Mundo, lunes 31 de marzo de 2003: «El escritor Gregorio Morán afirma que el falangista Sánchez Mazas se inventó su fusilamiento»;
http://www.elmundo.es/elmundo/2003/03/29/cultura/1048938562.html
[4] De ese mismo diccionario de la Falange se cita en la Wikipedia, en la entrada de Sánchez Mazas, un escrito de Eugenio Montes del 14 de febrero de 1939, reeditado para el Pórtico a Fundación, hermandad y destino que contiene el mismo texto que éste publicó en la Vanguardia Española (nota 6) el 9 de febrero de 1939; diccionario-falange
[5] https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_S%C3%A1nchez_Mazas
[6] La Vanguardia española, Barcelona. Año LV, número 22.587, jueves 9 de febrero de 1939, página 3:
«Rafael Sánchez Mazas, el gran escritor, profeta en su Patria, ha llegado a Barcelona, víctima y vencedor de los rojos
Y otro gran escritor, Eugenio Montes, refiere a nuestros lectores la odisea de Sánchez Mazas, condenado a muerte, fusilado y, por fin, libre, como por un milagro»
http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1939/02/09/pagina-3/33121121/pdf.html
Diez días después Eugenio Montes publicó en ABC otro artículo dedicado al elogio de Sánchez Mazas. Es el ejemplar que consulta Lola Cercas en la película, salvo que en ella al parecer han manipulado la edición poniendo una gran foto de Sánchez Mazas y han convertido en titular una de las frases «Llega Rafael fusilado y milagrosamente vivo»
ABC, Sevilla. Año trigésimo quinto, número 11.145, 19 de febrero de 1939, páginas 3 y 4
[7] Imperio: Diario de Zamora de Falange Española de las J.O.N.S. Año IV, número 689, jueves 9 de febrero de 1939, página 1
«Rafael Sánchez Mazas, entre nosotros»
http://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/impresion.cmd?path=1000118506&posicion=1
Imperio: Diario de Zamora de Falange Española de las J.O.N.S. Año IV, número 690, viernes 10 de febrero de 1939, página 4
«Sánchez Mazas refiere pormenores de su evasión» ofrece un relato muy completo.
http://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/impresion.cmd?path=1000118507&posicion=4
[8] ABC, Sevilla. Año trigésimo quinto, número 11.136, jueves 9 de febrero de 1939, página 11
«Sánchez Mazas, liberado»
[9] Labor, Barcelona. Año VI, número 435, 13 de febrero de 1939.
(Ver Guerra civil día a día. Cómo salvó su vida, Sánchez Mazas; http://guerracivildiadia.blogspot.com.es/2014/12/como-salvo-su-vida-sanchez-mazas.html)
Ver también Guerra civil día a día, Rafael Sánchez Mazas: http://guerracivildiadia.blogspot.com.es/2013/03/rafael-sanchez-mazas-1894-1966.html
[10] Tomado de José Luis Melero, El aragonés que resucitó. Historia de Jesús Pascual Aguilar: El otro superviviente del fusilamiento de Collell; http://www.joseluismelero.net/jesus_pascual.htm
[11] Cercas escribe que la filmación es sin duda de las mismas fechas de febrero del 39 y que apareció en los primeros noticiarios de posguerra.
Javier Cercas, Soldados de Salamina, Círculo de lectores, Barcelona 2001, Pág. 41
[12] Archivo de RTVE. Serie España en guerra, Capítulo 26, La caída de Cataluña, min. 39.
https://www.youtube.com/watch?v=AZvV14YgnQA
Transcripción:
«El día 30 de enero, me encontraba con otros 30 compañeros. Nos condujeron a un lugar, a unos 150 metros del Monasterio de Santa María del Collell, convertido en cárcel roja. Nos detuvieron en una especie de foso natural. Y vimos que había siete fusiles ametralladoras. Sonaron las dos primeras ráfagas. Oí el chasquido de las balas. Ninguna (¿Una?) bala me había tocado. Di un salto, trepé por un camino descubierto. Caí en una olla donde había un manantial. Me quedé quieto. Por un momento desistieron de la persecución. Oí los tiros de gracia. Poco después ordenaba el director de la prisión la batida del monte. Durante tres cuartos de hora se oyeron unos 50 disparos. Oí las voces de los guardias que esperaban por heridos. Caía una lluvia torrencial. Anocheció, y me fui guiando por los gusanos de luz para elegir alguna dirección. Durante tres días caminé por los bosques, mendigaba pan en las masías. Al tercer día encontré a tres muchachos evadidos de los rojos. Me invitaron a una espléndida merienda. Su padre de noche les traía comida al bosque. El día 8 oímos el clamor del pueblo que recibía a las tropas libertadoras y por primera vez volví a clamar aquel ¡Arriba España! que a mí me tocó el primero crear para la Falange antigua y para la España futura. Así me restituyo al servicio de España y de su caudillo victorioso.»
Es reveladora la edición de este vídeo que hacen los de Falange TV (youtube) que justo quitan la parte del encuentro con los tres muchachos y añaden efectos de montaje como gente de pueblo que aplaude entusiasta.
[13] Mª José Soriano Trachiner, Sobrevivir al Collell. La construcción del mito de Rafael Sánchez Mazas en el primer franquismo a través de la prensa nacional. Universitat de València. La autora se propone reparar en la «configuración de mitos que han servido para alimentar y justificar la victoria de 1939 y que han permanecido en la memoria colectiva». Y en concreto, en el caso de Sánchez Mazas, «establecer las pautas a una aproximación a cómo fue tratado verdaderamente el personaje tras su reaparición […] contrastar la imagen forjada a partir de la revitalización del mito para ver cuál fue el tratamiento que se hizo desde el principio, tanto por él mismo como por los periódicos de diferentes puntos del territorio nacional.»
Sobrevivir al Collell (Ver en caché)
[14] Cercas, citado, página 43
[15] El País. Cercas pide que se desconfíe del narrador de ‘Soldados de Salamina’:
http://elpais.com/diario/2002/07/03/cultura/1025647206_850215.html
Ficha didáctica. Cinema per a estudiants:
Enrique Sacristán Marín, Soldados de Salamina: de la novela de Javier Cercas a la película de David Trueba. Universidad de la Rioja.
http://biblioteca.unirioja.es/tfe_e/TFE000506.pdf
Javier Cercas recrea en ‘Soldados de Salamina’ el fusilamiento de Sánchez Mazas al final de la guerra civil
El País. Un relato real:
http://elpais.com/diario/2001/04/02/cultura/986162405_850215.html
Texto de Juan Cordero
Estupenda y muy documentada la entrada de Juan Cordero.