Las sardinas para el gato
Víctor recuerda que él y sus hermanos pasaron mucha hambre y que la vecina de al lado no tenía familia, aunque si un gato al que daba de comer sardinas; las cuales, los niños aprovechaban para robar y alimentarse.
María Incera Pérez
Curso 1ºC de Bachillerato en 2016-2017
IES Manuel de Falla, Coslada (Madrid)
Entrevista de María a su abuelo Víctor Pérez, nacido en Madrid en noviembre de 1941
Había una vez un chico que se llamaba Víctor Pérez. Víctor nació en Madrid el 2 de noviembre de 1941, justo dos años después de finalizar la devastadora Guerra Civil Española (1936-1939). Él afortunadamente no vivió la guerra como tal, pero sí que presenció los míseros años que la sucederían. El padre de Víctor tenía una empresa de pintura y su madre era ama de casa. Él era el pequeño de la familia y tenía dos hermanos mayores.
Víctor Pérez ahora es mi abuelo de 76 años y declara que la Guerra Civil Española y la etapa de represión que la sucedió después fue la peor época de España.
Eduardo tenía 6 años cuando mataron a su padre y ya de mayor le contó a su primo que al hermano de su madre (que era republicano) le llevaban en una fila para asesinarle cuando un viejo conocido de la familia le sacó de ella y le salvó la vida. Aunque Víctor no tenía mucho sentimiento de esperanza en la humanidad, se alegró mucho oyendo que algunas personas seguían siendo fieles a sus principios y obrando bien, aunque eso se pudiese volver es su contra.
También, la actual mujer de Víctor; M.ª José, le ha contado que su padre conoció a gente a la que dejaron cambiarse de bando para reunirse con los familiares que estaban por aquel entonces en otras comunidades autónomas. Declara que ninguna guerra lleva a nada bueno y recuerda su infancia como la peor época de su vida cuando en teoría debería ser la mejor. Cree que el mejor cambio que pudo sufrir el país fue el salto a la democracia con Juan Carlos I. Piensa que el mundo nunca se va a mentalizar de que con la violencia no se solucionan las cosas y seguirá habiendo guerras como desgraciadamente hoy en día sigue habiendo.
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