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En casa le decían que los rojos no creían en Dios y eran gente mala

Mi abuela critica que para entrar en la universidad necesitaban que el cura les diera una autorización/papel diciendo que iban a misa, que eran católicos y buenas personas y ciudadanos.

José Antonio de Dios Barca

Curso 3º de la ESO en 2015-2016

IES Manuel de Falla, Coslada (Madrid)


Para este trabajo José Antonio ha entrevistado a su abuela Filo. Su abuela nació en la posguerra en una familia de agricultores, en 1941, en un pueblo situado en la provincia de Cuenca, próximo a la capital provincial.

En la tercera parte de la entrevista, respecto a si conoce y recuerda algún caso de hebras de paz, nos cuenta una historia en la cual le salvaron la vida a su padre. La historia que nos cuenta pasó cuando su padre estaba convocado a filas en el ejército leal a la república. Un día el capitán, que era muy majo, le dijo “qué tal Barca, cuéntame” y estuvieron hablando y al final le dijo “Ay qué pena, qué pena, un chico tan majo…” y se fue, su padre ató cabos y se dio cuenta que esa noche le iban a matar porque era del bando contrario, en cuanto anocheció huyó y pasó una colina y fue corriendo, rodando, sobre los muertos y una vez que llegó a los nacionales, hubo gente que pensó que era rojo así que le encerraron y dos personas de su pueblo, el Alcalde y un ciudadano, escribieron un documento que fue decisivo para que le soltaran y le aceptaran en el bando de los nacionales. Esta anécdota le pasó a su padre con 22 años.

También nos cuenta una anécdota de su padre mientras estaba en la guerra en el cerco de Madrid. Se hallaba peleando en el frente y un día en la batalla luchando con los nacionales se quedó solo; él era el último que quedaba y cuando estuvo a punto de morir llegaron los refuerzos y sobrevivió a esa batalla.

Trincheras de defensa del Cerro de los Ángeles junto al monumento del Sagrado Corazón
Trincheras de defensa del Cerro de los Ángeles junto al monumento del Sagrado Corazón en 1937
Una vez ocupado el Cerro por legionarios y regulares marroquíes, tomaron posiciones en las trincheras abandonadas por los milicianos republicanos. Al fondo el Monumento ya dinamitado, en su lugar original.

Mi abuela nos cuenta que su padre participó en una batalla muy famosa de Madrid, el Cerro de los Ángeles. Participó luchando en el frente, movilizado, y no conoce a nadie que fuera voluntario y en sus batallas no vio a ningún niño ni mujer participando en ellas, aunque tiene constancia de que hubo mujeres y niños que sí lo hicieron. Ella supone que su padre sí mató a alguien puesto que sobrevivió y cree que sí le quedaron secuelas de haberlo hecho, pero él nunca contó nada relacionado con haber matado a gente ni la sensación, pero daba a entender con sus silencios que era muy duro.

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