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El hombre en busca de sentido / Viktor Frankl

Fragmento del capítulo Psicología de los guardias del campamento

de El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl

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En cuarto lugar, es preciso afirmar que aun entre los guardias también había algunos saboteadores. Mencionaré únicamente al encargado del barracón del que fui liberado. Después de la liberación —y sólo el médico del campo, que también era prisionero, tenía conocimiento de ello antes de esa fecha— me enteré de que dicho encargado había comprado en la localidad más próxima medicinas destinadas a los prisioneros y habíapagado de su propio bolsillo cantidades nada despreciables. Por lo que se refiere a este oficial de las SS, ocurrió un incidente interesante relativo a la actitud que tomaron hacia él algunos de los prisioneros judíos. Al acabar la guerra y ser liberados por las tropas norteamericanas, tres jóvenes judíos húngaros escondieron al comandante en los bosques bávaros. A continuación se presentaron ante el comandante de las fuerzas americanas, quien estaba ansioso por capturar a aquel oficial de las SS, para decirle que le revelarían donde se encontraba únicamente bajo determinadas condiciones: el comandante
norteamericano tenía que prometer que no se haría ningún daño a aquel hombre. Tras pensarlo un rato, el comandante prometió a los jóvenes judíos que cuando capturara al prisionero se ocuparía de que no le causaran la más mínima lesión y no sólo cumplió su promesa, sino que, como prueba de ello, el antiguo comandante del campo de concentración fue, de algún modo, repuesto en su cargo, encargándose de supervisar la recogida de ropas entre las aldeas bávaras más próximas y de distribuirlas entre nosotros.

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740-2387g

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